Por primera vez en la historia de la robótica, 21 humanoides participaron este fin de semana en el semi-maratón de Yizhuang, en las afueras de Pekín, junto a miles de corredores humanos. Esta demostración pública, tanto tecnológica como política, se enmarca en la estrategia nacional de China para convertirse en líder mundial de la robótica humanoide para 2027.
Una vitrina tecnológica y estratégica
Más que un simple evento deportivo, esta carrera de 21,1 km sirvió como un banco de pruebas a gran escala para las capacidades de resistencia, locomoción y autonomía energética de los humanoides desarrollados por el ecosistema chino. Pekín, que apuesta masivamente por la automatización avanzada, multiplica los incentivos para los actores del sector: subvenciones, ventajas fiscales y premios a la innovación.
El objetivo de la prueba estaba claro: verificar si los robots podían mantener una velocidad mínima de 6 km/h durante el tiempo de la carrera, es decir, un tiempo límite inicial de 3h30. Ante las dificultades encontradas en la carrera, los organizadores extendieron este límite a 4h10.
Es de notar que los robots no eran autónomos sino que eran controlados por sus pilotos.
Rendimientos contrastantes
De los 21 robots registrados, solo 4 cruzaron la línea de llegada dentro del tiempo establecido. El más destacado, Tiangong Ultra, un humanoide de 1,75 m y 52 kg desarrollado por el Human Robotics Innovation Center de Pekín, terminó en 2h40'42", necesitando tres cambios de batería durante el recorrido.
Esta restricción energética – la mayoría de los modelos actuales no exceden las dos horas de autonomía – se reveló como un factor limitante mayor. Varios robots cayeron, abandonaron o sufrieron fallos espectaculares, como Shennong, que se desintegró tras chocar con una barrera en los primeros metros.
Un paralelo con los inicios del coche autónomo
El evento recuerda las primeras competiciones de vehículos autónomos organizadas por la DARPA en los años 2000. En aquel entonces, pocos participantes alcanzaron la meta, pero esas demostraciones marcaron un punto de inflexión en el auge de la conducción autónoma. El semi-maratón de Pekín podría desempeñar un papel similar para la robótica humanoide.
Una carrera industrial y geopolítica
Mientras Estados Unidos y Japón concentran sus esfuerzos en la robótica industrial y los grandes modelos de IA generativa, China parece querer combinar ambas dinámicas, apostando por humanoides capaces de adaptarse a entornos complejos y variados.
No se trata, por tanto, de un duelo simbólico entre el hombre y la máquina, sino de una competencia entre naciones y empresas para posicionarse en un mercado estratégico en desarrollo.
Para entender mejor
¿Cuál es la importancia de los humanoides en la estrategia tecnológica de China?
Los humanoides representan un avance estratégico para China, que busca posicionarse como líder mundial en este campo. Simbolizan la convergencia de las tecnologías robóticas y la IA, capaces de adaptarse a entornos diversos, lo que es crucial para las aplicaciones en el mundo real.
¿Cómo se compara el auge de la robótica humanoide en China con los primeros desarrollos de los coches autónomos?
El auge de la robótica humanoide en China recuerda los primeros días de los vehículos autónomos, especialmente las competiciones de DARPA en los años 2000, donde las demostraciones iniciales, aunque poco exitosas, provocaron avances significativos y una revolución tecnológica.