Tras el impacto de DeepSeek, China crea una nueva ola de conmoción en el mundo de la inteligencia artificial con Manus AI, un agente autónomo que rompe los estándares establecidos por los gigantes estadounidenses. Diseñado por la start-up china Monica, filial del grupo Butterfly Effect, Manus redefine la noción de agente autónomo, alcanzando un hito decisivo en la evolución de la IA.

Una autonomía sin precedentes en el ámbito de la IA para el público general

A diferencia de ChatGPT o Gemini, que requieren interacciones continuas con el usuario, Manus AI opera en total independencia. Gracias a una arquitectura de múltiples agentes sofisticada, Manus puede analizar, planificar y ejecutar tareas complejas sin ninguna supervisión humana, incluso teniendo en cuenta parámetros no explícitamente formulados por el usuario. Desde la selección de candidatos para un puesto hasta el análisis de mercados financieros, pasando por la creación autónoma de sitios web, Manus redefine el potencial de los asistentes digitales.

Su funcionamiento se basa en una combinación de modelos avanzados, incluyendo Claude de Anthropic y Qwen de Alibaba, orquestados en una infraestructura cloud bajo Linux. Cada tarea compleja se divide en sub-tareas asignadas a diferentes agentes especializados, permitiendo así a Manus llevar a cabo acciones que antes estaban reservadas exclusivamente a los humanos.

Una revolución con consecuencias profundas

El éxito fulgurante de Manus, a pesar de una beta aún perfectible, plantea importantes preguntas económicas y sociales. Su capacidad para gestionar sin intervención humana procesos complejos como la selección de candidatos a partir de un simple archivo de CV, la creación completa de un sitio web o el análisis de carteras de inversión, interpela a los profesionales del sector.

Para las empresas, la oportunidad es inmensa: aumento drástico de la productividad, reducción de los costos operativos, automatización total de los procesos administrativos. Pero esta automatización llevada al extremo también podría significar la desaparición de un gran número de empleos intermedios.

Un shock para Silicon Valley

La emergencia de Manus representa un cambio estratégico mayor. Silicon Valley, tradicionalmente a la vanguardia en materia de innovación IA, observa con cierta nerviosidad este avance chino. 

Benchmark difundido por Monica, startup editora de Manus.

Donde Silicon Valley apostaba por modelos de IA cada vez más potentes que requerían supervisión humana, China opta por una autonomía radical, cuestionando la supremacía tecnológica occidental.

¡Nada revolucionario desde un punto de vista tecnológico!

Manus parece ser para los asistentes generalistas lo que Cursor es para los IDE: archivos markdown permiten planificar y orquestar las operaciones. El sistema se limita a orquestar diferentes LLM y se puede temer que la herramienta se desvíe fácilmente en la compleción de las demandas si no es supervisada muy de cerca por un humano. Se puede considerar que el lanzamiento de esta herramienta tiene más de la audacia del outsider que de un avance tecnológico real sobre los gigantes de la IA.

Importantes retos éticos y regulatorios

El ascenso de Manus no deja de levantar preocupaciones importantes. ¿Quién será responsable en caso de un error mayor cometido por un agente totalmente autónomo? ¿Cómo regular una tecnología que ya no requiere supervisión humana? Estas preguntas siguen sin respuesta clara, ni en China ni en Occidente, mientras Manus ya comienza a redefinir los estándares del sector.

Por ahora, Manus sigue siendo accesible solo por invitación, y sus inicios no están exentos de dificultades técnicas. Sin embargo, la promesa de que el agente alcance un nivel de madurez que podría redefinir nuestra relación con el trabajo sigue intacta.

 

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