Desde el diagnóstico de enfermedades hasta el descubrimiento de nuevos tratamientos, la IA promete mejorar la precisión y eficacia de la atención médica. Mientras que un tercio de ellos ya ha consultado una IA generativa para obtener consejos médicos, ¿están los franceses dispuestos a confiar en ella y seguir sus recomendaciones a ojos cerrados, sin siquiera la validación de su médico?
En marzo pasado, FLASHS interrogó para la MedTech Galeon, a un panel de 2,003 franceses y francesas de 18 años o más, representativo de la población francesa, con el fin de comprender su percepción de la IA en el ámbito de la salud.
Una adopción progresiva, marcada por líneas de fractura
La encuesta revela una familiarización creciente pero desigual con estas tecnologías. Si el 64% de los encuestados (70% de los hombres frente al 58% de las mujeres) declara haber oído hablar de la IA médica, solo el 10% estima tener un conocimiento profundo al respecto. La división es clara entre los sexos pero también entre las generaciones. Los jóvenes de 18 a 24 años se muestran mucho más dispuestos a recurrir a la IA (68%), mientras que solo el 10% de los mayores de 65 años lo ha hecho.
Estas diferencias no solo reflejan distintas exposiciones a la innovación. También pueden reflejar relaciones contrastadas con el riesgo, la autonomía en la decisión médica o la confianza en los sistemas automatizados.

Una tecnología creíble... pero en busca de legitimidad
Sin embargo, la confianza en estas herramientas sigue dividida: el 43% de los franceses confiere cierta credibilidad a las respuestas proporcionadas por IA como ChatGPT o Google Gemini en materia de salud, frente al 45% que sigue siendo desconfiado. La confianza total sigue siendo marginal (4%), mientras que la desconfianza absoluta es más marcada (16%).
El potencial percibido es, no obstante, real: el diagnóstico (48%) y la investigación terapéutica (47%) lideran los usos considerados más pertinentes. Las funciones más periféricas —como la automatización administrativa o la vigilancia epidemiológica— suscitan un interés menor pero tangible. Solo el 13% considera que la IA no aporta ningún valor añadido al sector de la salud.

Gestión de riesgos: un equilibrio por construir
Entre aquellos que han consultado una IA para temas relacionados con la salud, seis de cada diez afirman haber seguido las recomendaciones recibidas. Una parte no despreciable (17%) aplica los consejos de la IA sin consulta médica, planteando la cuestión de una regulación más estricta en un sector históricamente regido por principios de responsabilidad, precaución y trazabilidad.
Además, la calidad de los datos de entrada, a menudo heterogéneos y a veces sesgados, condiciona directamente la calidad de las recomendaciones producidas por la IA. Asimismo, la opacidad de los algoritmos utilizados, especialmente en los sistemas llamados "caja negra", limita la comprensión de las decisiones generadas, incluso por los propios profesionales de la salud.
Mientras que el error humano generalmente se relativiza en función de la complejidad del caso, un error algorítmico se percibe como una falla del sistema, por lo tanto, es mucho menos tolerado: solo el 9% de los franceses lo acepta, frente al 20% para un error humano.
¿Puede la IA superar la experiencia humana?
Cuando se pregunta a los franceses sobre la capacidad de la IA para superar las competencias humanas, una mayoría relativa adopta una posición matizada. Solo el 12% estima que podría llegar a ser más fiable que los médicos en todo el recorrido de atención. Pero más de uno de cada dos (53%) reconoce que podría superar a los profesionales en ciertos ámbitos específicos, esencialmente técnicos, como el análisis de imágenes médicas o la detección temprana de señales débiles.

Una herramienta, no un sustituto: la exigencia de transparencia se impone
La deshumanización de la atención es la principal preocupación de los franceses (34%), seguida del riesgo de error (28%) y la falta de control humano (24%). Si el 30% de los encuestados está dispuesto a aceptar una operación quirúrgica realizada únicamente por una IA, el 40% insiste en la necesidad de la presencia de un médico.
Los franceses abogan por un enfoque híbrido: cerca de la mitad (49%) son favorables a que su médico se apoye en la IA para afinar un diagnóstico o recomendar un tratamiento. Una enseñanza clave del estudio es la demanda de transparencia. Para 4 de cada 5 franceses, es esencial ser informado del uso de la IA en su atención, y cerca de la mitad desea conocer los detalles precisos. Esta exigencia concierne a todas las generaciones y se observa independientemente del género.
El marco ético y la claridad de las prácticas serán, por tanto, determinantes para favorecer la aceptabilidad de la IA en los años venideros en materia de salud.
Traducido de Les Français et l’IA en santé : entre adhésion pragmatique et exigences de transparence
Para entender mejor
¿Qué es un sistema de IA 'caja negra' y por qué plantea problemas en medicina?
Un sistema de IA 'caja negra' es un algoritmo cuyo funcionamiento interno es opaco, lo que dificulta que los usuarios comprendan y verifiquen las decisiones, lo cual es crítico en la medicina donde la transparencia es esencial para la validación y la rendición de cuentas en el cuidado.