DeepIP, una startup franco-americana especializada en IA aplicada a la propiedad intelectual, acaba de recaudar 15 millones de dólares en Serie A. Esta ronda, liderada por Resonance, el fondo de Otium Capital dedicado a las startups, también reunió a Headline, Serena Capital y Balderton Capital. Gracias a esta inversión, DeepIP ambiciona acelerar su expansión en Estados Unidos y Europa, al mismo tiempo que refuerza las funcionalidades de su IA dedicada a los profesionales de patentes.
Fundada en 2024 por François-Xavier Leduc y Edouard d’Archimbaud, la startup se beneficia de la experiencia de sus cofundadores, también creadores de la scale-up Kili Technology, especializada en la anotación de datos para la IA. Mientras que Kili Technology sigue siendo una entidad independiente, DeepIP se inscribe en una dinámica complementaria aplicando la IA a la modernización del depósito de patentes. El mercado global de servicios legales en propiedad intelectual, estimado en 42 mil millones de dólares al año, le ofrece una oportunidad significativa, con un mercado inmediatamente abordable de 1,3 mil millones de dólares.
Ante una explosión de la demanda en materia de patentes, DeepIP apuesta por la IA y la GenAI para modernizar un proceso que apenas ha evolucionado desde los años 1990. Con el apoyo de un equipo híbrido de ingenieros en IA y expertos en propiedad intelectual, la startup ha desarrollado una tecnología que combina modelos de terceros, algoritmos propios y datos exclusivos para mejorar la calidad de las patentes mientras reduce el riesgo de errores.
Uno de los principales atractivos de esta herramienta reside en su integración nativa a Microsoft Word, una elección estratégica que facilita su adopción dentro de los despachos. DeepIP aplica estándares rigurosos conformes al RGPD y a las certificaciones SOC 2 Type II e ISO 27001, garantizando una separación estricta de los datos de los clientes y una total confidencialidad de la información tratada.
Al analizar las solicitudes de patentes previas, su IA aprende y reproduce los modelos de redacción propios de cada practicante y sus clientes. Esta capacidad de adaptación permite no solo garantizar una coherencia estilística y una precisión terminológica esenciales, sino también optimizar el trabajo de los profesionales, para quienes cada formulación puede tener un impacto jurídico determinante. Según DeepIP, su asistente permitiría reducir hasta un 50 % el tiempo dedicado a la redacción de patentes, lo que representa un ahorro diario de alrededor de dos horas para los abogados y expertos del sector.
Ya adoptada para la redacción de 8,500 solicitudes de patentes, la solución de DeepIP se impone rápidamente como una herramienta de referencia, al igual que el auge de otras soluciones de IA aplicadas al derecho, tales como Harvey. En solo siete meses, la startup ha alcanzado un ARR de siete cifras, demostrando el creciente interés por esta innovación. Sin embargo, DeepIP insiste: su objetivo no es reemplazar a estos expertos sino facilitarles el trabajo.
Como destaca Jonathan Userovici, General Partner en Headline:
"La IA no reemplaza profesiones enteras; se integra en tareas específicas, haciendo los trabajos basados en el conocimiento más rápidos y eficientes. DeepIP es el ejemplo perfecto: permite a los practicantes de PI avanzar más rápido y ser más eficaces. Es un producto B2B, pero los abogados especializados en patentes encuentran tanto valor que nos han dicho que lo comprarían personalmente si su empresa no lo hiciera. El depósito de patentes es esencial para el avance científico, y DeepIP construye la pieza faltante".
Para entender mejor
¿Cuál es el papel de la IA generativa en la transformación del sector de la propiedad intelectual, y cómo se compara con otras aplicaciones en el mundo?
La IA generativa se utiliza para modernizar los procesos de presentación de patentes al automatizar y mejorar la precisión y consistencia del lenguaje jurídico. En comparación con otros sectores, la IA en PI permite un ahorro significativo de tiempo y reduce el riesgo de errores, lo cual es crucial para proteger las innovaciones tecnológicas en un mercado global.